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Tesoros del noroeste de París

Cada sector de la ciudad de París guarda sus propios tesoros de incalculable belleza; además de los grandes monumentos como museos, iglesias o edificios históricos, hay lugares secretos sólo visibles a los ojos de los turistas curiosos que adoran perderse en las callejuelas, mezclarse con la gente en los barrios más populosos o sentirse un parisino o parisina más, tomando un café y viendo pasar el mundo.

El noroeste de París es uno de esos rincones deliciosos; poco incluido en los circuitos turísticos, combina cierto aire pueblerino como en Batignolles y de las Epinettes, cultura y clasicismo, movimiento comercial y verdes parques como el Monceau. También aquí encontraremos el ambiente cosmopolita de los barrios habitados por las comunidades asiáticas, mercados, tiendas de antigüedades y mucho más. ¿Nos acompañan?

Quartier des Batignolles: Clichy, Batignolles y Epinettes. Este barrio combina la tranquilidad casi rural de Batignolles con la animación popular de las Epinettes y de Clichy. Por aquí pasaron figuras ilustres de la historia y el arte como Verlaine, Manet, Degas y Mallarmé.

Una de sus visitas obligadas es la Cité des Fleurs, una urbanización de pequeñas casas de tres pisos, cuya reglamentación exigía a cada propietario plantar por lo menos tres árboles en el jardín. Actualmente es un rincón encantador, con deliciosas callejuelas adoquinadas y jardines floridos en pleno corazón de París. Se encuentra en el distrito 17 y es muy fácil llegar con el metro descendiendo en la estación Brochant.

Otro lugar para visitar aquí es la Plaza de Clichy; es el lugar donde el valeroso mariscal Moncey defendió la ciudad de la invasión rusa. Se encuentra en el cruce de cuatro barrios, famosos por sus cines y cervecerías. Llegarán con el metro descendiendo en la estación Place de Clichy.

Barrio Madeleine: el barrio de las tiendas, la cultura ¡y las golosinas! Aquí encontraremos grandes espacios culturales como la Pinacothèque, la iglesia y Théâtre de la Madeleine y grandes tiendas de chocolates. La iglesia de la Madeleine es monumental: comenzó a construirse en 1764 y recién se pudo terminar en 1842. Parece un templo griego, sin campanario ni cruces, en cambio posee dos monumentales puertas y la fachada sembrada de columnas corintias.

Queda mucho en el tintero, como el Parque Monceau, paraíso de los amantes del arte pues aquí se encuentran algunos de los museos más interesantes y curiosas obras arquitectónicas como la Mansión Loo, una pagoda roja construida por el anticuario Sr. Loo en 1928 que todavía funciona, la Gare Saint-Lazare, con sus edificios antiguos y grandes salas como el Teatro Mogador, y el Quartier des Ternes, con su Mercado de las Flores y la Sala Pleyel.

Foto: Zalinz